EL lunes 03 de diciembre, muy temprano partimos al aeropuerto, con el rico sabor de tres bellos días en París pero con el sabor amargo de haber sido víctima algunos del grupo, de robo en el hotel e incluso hasta de la caja de seguridad de la habitación.
El viaje a la India , sin contratiempo alguno y de larga duración; nueve horas de viaje , pero todo el grupo lleno de grandes expectativas e interrogantes, pues aquella parte del mundo era desconocida para todos, esto por supuesto la hacia aun mas interesante. Llegamos a Delhi, llamándonos la atención en el aeropuerto, el encontrarnos con gigantes y diferentes MUDRAS; posturas con los dedos de las manos, buscando contactar entradas y salidas de energía permitiendo el fluir de la misma hacia el cerebro, desconocidos a lo mejor para muchos pero no para la mayoría de nosotros, por ser estudiantes y practicantes de Yoga. Para mi particularmente, fue de gran impacto y agradable sorpresa, lo sentí como un cálido recibimiento, además del hermoso saludo: NAMASTE al juntar las manos en posición de oración, saludando al Dios que hay en cada quien que es el mismo que hay en quien saluda.
En el aeropuerto fuimos esperados por el guía Hamid, quien nos condujo a nuestro bus que seria el medio de transporte para la mayoría de los sitios a donde nos trasladaríamos. Llegamos al hotel MADHUBAN, tomamos una ligera cena y luego a nuestras habitaciones, porque al día siguiente saldríamos al aeropuerto local, rumbo a Varanassi, ciudad que seria nuestro próximo destino.
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