jueves, 28 de marzo de 2013

VARANASSI

Partimos en avión hacia Varanassi, a eso de las 9 am, unas dos horas de vuelo aproximadamente,  llegamos al Hotel RAMADA PLAZA, y nos dispusimos a vivir una de las experiencias mas impactantes, me atrevo a asegurar que para todos, el traslado al rio Ganges en unas bicicletas por demás singularisimas, manejadas y algunas veces hasta arrastradas por la fuerza humana. Este importante rio de la India con un altísimo indice de contaminación, es un lugar sagrado para los Indios, por todo lo que el mismo representa dentro de su cultura y religión. Alla es llamado Madre Ganga.
El traslado y la llegada al Río Ganges, por lo que se supone,  una de las principales calles de Varanassi, definitivamente es como dificil de describir con palabras, es una vivencia surrealista, lugar donde quienes allí habitan y transitan su diario vivir, están muy lejos de la añorada serenidad de la mente y del espíritu. El pueblo de Varanassi amanece y anochece en medio de la necesidad humana de sobrevivencia, niños, mujeres, hombres, ancianos, allí nadie escapa de esa realidad, expuestos a todo tipo de enfermedades, fuertes olores que forman parte de ellos, de su esencia, de su vida, al lado de las aguas negras y de la bosta de sus vacas sagradas y donde el pedir y el pegársele a uno ofreciendole la baratija que cargan vendiendo, los hace deambular con la esperanza de que eso les permitirá lograr algo para la subsistencia.
Yo los percibo, muy distantes y muy alejados de lo que se supone es la búsqueda de si mismo y de Dios, yo no vi a nadie en esa búsqueda, solo esperan resignados la muerte para entonces "purificarse al ser lanzados al Ganges, una vez cremados y llegar al Nirvana donde se encontraran con Dios",' parafraseando a Pablito nuestro guía en Varanassi. No obstante, debo reconocer, que llegada la noche y una vez subidos a los peñeros, resulta emocionante la ceremonia Arati, ceremonia del fuego; ofrenda que le rinden a sus muertos y a los muertos de quienes allí están, además de musica, flores y velas, llegando a presenciar desde cierta distancia la ceremonia de cremación de los muertos . 
Al día siguiente y antes del amanecer llegamos nuevamente a orillas del rio Ganges, abriéndonos paso en medio nuevamente de "los pegones" (asi los baustice) ; niños y adultos que casi sin dormir, ya estaban a esa hora extendiendo sus manos y sus miradas en busca de lo que fuere por parte nuestra.
Dispuestos todos, excepto Andi y Efrain, a hacer nuestra clase de yoga a orillas del rio y observar desde allí uno de los espectáculos naturales mas impactantes que yo particularmente haya visto, como fue el amanecer a orillas del Ganges; ver salir en el horizonte esa espectacular bola de fuego fue para mi un verdadero deleite que me hizo sentir privilegiada y por primera vez le di gracias a Dios no haber podido hacer mi yoga por la fuerte gripe que aun tenia y el frio que había.
Terminada la clase, subimos a la barcaza y desde allí observamos el acto de osadía de Diana, ( nuesta mascota, por ser la unica veinteañera del grupo) quien se dispuso en medio del frío y de las condiciones antihigiénicas que todos observábamos en el río, irse metiendo hasta zambullirse, valentía propia de la juventud pero que igual la hace merecedora de nuestra admiración. Posteriormente fuimos con nuestro guía Pablito, oriundo de dicho lugar y con su expresión característica; "no pasa nada, solo mierda de vaca"' , a una callejuela, donde había una tienda de venta de artículos de madera, y por alli mismo a visitar el famoso templo de la cúpula de oro, que realmente de templo no tenia nada, según la mayoría del grupo; llegando al hotel algo tarde para el desayuno, pero cargados de una energia especial, que nos estimulaba a continuar nuestro interesante viaje.


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