BRUGGE - BELGICA

Jueves 25-04. Amanecimos en Amberes.  Nuestro destino hoy es: BRUGGE, la ciudad del bolillo, pequeña ciudad belga, tiene 117.000 habitantes y se habla francés. 

Esta es una ciudad, donde pareciese que el tiempo se hubiese detenido, sus construcciones son mayoritariamente estiló gótico, y sus iglesias construidas de piedra y ladrillo, de estilo gótico en su parte externa, y estilo barroco en su interior, tal como la Iglesia de Nuestra Señora de Lakem.  La ganadería también es una gran fuente de ingreso en este país, hay muchísimo verde, mucho pasto y  por supuesto, alta producción de queso.

Solo estaríamos pocas horas, debíamos estar nuevamente en el puerto de Amberes, a eso de las 5 pm para subir al barco. 

Aunque fue muy poco el tiempo en Brugge, fue de gran emoción tanto para quienes ya conocíamos esta bucólica ciudad, volver a disfrutarla, como para quienes era su primera visita.  No podíamos partir  sin darnos el gusto de saborear lo típico de aquí; mejillones en vino blanco, realmente exquisitos, acompañados  de papas fritas y un rica cerveza helada. Lo que no tuvimos en esta oportunidad, fue sobremesa, el tiempo apremiaba y a paso rápido llegamos  al bus para regresar. Al llegar al puerto, hubo momentos  de preocupación, por cuanto, aunque ya estábamos en el sitio, Loli; nuestra guía, no ubicaba el barco Monet, que era el que debíamos abordar, además, trabajos en el puerto cambiaron la entrada y eso desencadenó  un fuerte contratiempo, el cual, la guía asumió  de su responsabilidad,  sin embargo, tanto ella como el conductor hicieron lo humanamente posible, al extremo, que Loli se bajó del bus y corriendo, llegó hasta el barco para informar lo que nos había ocurrido y nos esperaran para el registro de rigor, mientras tanto,  todos en el bus  y éste, avanzando lentamente en medio del fuerte tráfico de Amberes. Finalmente, arribamos al barco Monet de la empresa Croisi Europe, nos ubicaron en nuestros respectivos mini camarotes, y pasamos al salón
principal del barco para la presentación de la tripulación, enseñarnos las normas de la embarcación,
brindis y luego la cena. Después hicimos una agradable sobremesa en la terraza del barco, pero al
rato, el frío nos corría y todos a dormir. Zarparíamos a las 6 am, y navegaríamos rumbo a Rotterdam. Ahora, es cuando nos queda viaje, aunque seguimos en los llamados Países Bajos.