Este día, luego de estar en Baiona, fuimos a Vigo, continuamos en la provincia de Pontevedra. Allí estuvimos en el centro de la ciudad, y de seguida, fuimos a almorzar en un restaurante famoso de la ciudad ; El Mosquito, que hasta histórico, se puede decir que es, por ser atendido por una atenta gallega, Doña Carmiña; quien es tercera generación en la regencia y dirección del mismo, además de ser visitado por cuanto artista famoso llega a la ciudad. Todo los platos buenísimos; cocidos, lenguados, sopas, por supuesto acompañados con vino de la casa, y luego los postres típicos: las llamadas filluas ( especie de crepes). edulcoradas con un melado por encima y el dulce llamado tocinillo del cielo. Nos despedimos, prometiéndole a Carmiña enviarle nuestra foto con ella, para ser expuesta entre las que allí exhiben. De vuelta, el bus nos dejó en el casco histórico de Santiago, cerca del hotel. Caminamos, impregnándonos de aire de juventud, por el transitar de universitarios que van y vienen, al estar ubicadas cerca, diferentes escuelas universitarias de Santiago de Compostela.
Este día nos despedíamos de Galicia. Realmente estas son ciudades, donde todas, sin excepción, llevan además del sello de su belleza natural, el sello de quienes las han conducido a ser lo que hoy día representan para Europa y para el mundo, desde el punto de vista turístico, creándose, a través del tiempo, en el inconciente colectivo de sus pobladores el concepto de orden, aseo y organización, que los lleva a vivir con alta calidad de vida, independientemente de la crisis económica que puedan tener. Y ahora, te invito a acompañarme a los Países Bajos; el próximo destino.
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